miércoles, 13 de marzo de 2013

CÓNCLAVE


Ayer comenzó el Cónclave para elegir al 266 sucesor de San Pedro. Quien tomará el testigo de la fe que deja S.S. Benedicto XVI, y que a su vez, tomó de otro y otro hasta remontarnos 2000 años. Como siempre ha sido desde la famosa confesión del Pescador ante Jesús, cuando éste le preguntó: "¿ Quién decís vosotros que soy Yo?". Llevamos varios días de Sede Vacante, y los creyentes católicos esperan oir pronto el gozoso anuncio en forma de humo blanco de la famosa chimenea de la Sixtina. Quien no es creyente también espera y sigue con asombro y curiosidad los acontecimientos que tendrán lugar en este mini estado en el centro de la ciudad eterna, Roma. La figura del Papa es un referente moral y espiritual que traspasa las límites de la fe católica y alcanza a toda la humanidad, en especial en estos momentos de crisis en todos los sentidos. Todos esperamos ver pronto al hombre vestido de blanco que proclame con voz firme la esperanza del Evangelio y la luz de un Amor que a veces parece que se ahoga en el devenir de un mundo gris y sin horizonte cierto para millones de seres humanos.
Es emocionante contemplar  la entrada de los cardenales en el cónclave, bajo los majestuosos frescos de Miguel Ángel, y observar en sus rostros el semblante serio de quien tiene  la gigantesca responsabilidad de elegir al Vicario del mismo Cristo. Pocas personas pueden tener la posibilidad de tomar decisiones que varien el curso de la historia, o lo intenten, pero este selecto grupo de hombres si tiene el poder de cambiar o influir de forma decisiva mediante la libre elección de la persona que representará a la institución más universal de todos los tiempos.
Vivimos días extraordinarios en los que la rutina diaria se rompe por la actualidad vaticana, ciertamente importante y fundamental para la vida de la Iglesia. Para los que tenemos fe, pondremos la mirada y el corazón en esa singular plaza de brazos abiertos que es San Pedro. Para los que no tienen fe, pero cierta sensiblidad y olfato para los grandes momentos, se asombrarán ante uno de los ritos más hermosos y antiguos del mundo, que puede conmover a millones de almas.  
Hoy tendremos fumata, negra o blanca, el elegido, de momento sólo Dios lo sabe, nosotros pronto lo veremos.

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