martes, 15 de febrero de 2011

Nos quedamos sin el Monasterio de Yuste



Esta mañana se ha confirmado un noticia que se barruntaba desde hace tiempo y que hoy podemos leer en el diario Hoy. Los monjes del Monaterio de Yuste se marchan definitivamente del histórico cenobio. Es una triste noticia, ya que Yuste no volverá a ser lo mismo al desaparecer su esencia fundacional. Según indican en la noticia, los monjes no volverán al Monasterio, del que se habían tenido que marchar por las obras que realizaba Patrimonio Nacional, y se instalarán permantemente en el Monasterio de Santa María del Parral, en Segovia. Otra nueva pérdida.
La Orden expone como causa oficial la avanzada edad y el estado de salud de algunos religiosos y en el Monasterio del Parral al haber más hermanos que en Yuste, podrán recibir mejores cuidados.  
Eso dicen los pobres monjes, pero la verdadera causa de la mudanza parece ser otra. Desde hace tiempo la Orden de San Jerónimo venía denunciando las continuas molestias que provocaban las obras que Patrimonio Nacional estaba realizando en Yuste y que alteraban la vida comunitaria de los religiosos. Quizá le estaban haciendo la puñeta a los monjes para que se marcharan y lo han conseguido o tal vez los monjes estorbaban para que en tan singular enclave se puedan llevar a cabo otros proyectos más progres y acordes con los nuevos tiempos. Parece que lo han conseguido.
Yo creo que la sociedad extremeña se merece una buena explicación sobre esta singular "exclaustración" y tanto Patrimonio Nacinal como la propia Orden deberían informar mejor sobre este importante hecho que afecta directamente a un lugar con una carga histórica enorme, como es Yuste.
El caso es que el  histórico Monasterio se queda sin monjes y por tanto deja de estar destinado al fin principal para el que fué edificado, que no es otro que el de dar gloria a Dios mediante la vida asceta y espiritual según la regla de los hijos de San Jerónimo. Para eso fue construido y por tanto ya no es adecuado denominarlo monasterio, que lo llamen a partir de ahora otra cosa, pero no monasterio. 
No solo Extremadura sino toda España le debe mucho a este gran foco espiritual y cultural que han proporcionado los monjes de Yuste durante varios siglos. La propia comarca de la Vera sería otra si los monjes no hubiesen investigado el cultivo del pimentón cuando llegó de América en el siglo XVI y que hoy es uno de los pilares económicos de esa zona. El propio Emperador Carlos I eligió vivir sus últimos días bajo el espiritual cuidado de la más española de todas las ordenes religiosas.
Hoy, al igual que en 1558 cuando moría el Emperador que soñó Europa, Yuste vuelve a estar de luto por la marcha de quienes la han dado razón de ser y  vida durante tantos siglos, porque Yuste se queda huérfano, porque en definitiva ha dejado de ser Monasterio .

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